Dicen que cada cosa tiene su momento, y su lugar, y ayer, 30 de abril, el último día antes de la celebración del Día de la Madre en España, los #MarketerosNocturnos votamos debatir sobre Marketing del Día de la Madre, el #DiaMadreMkt.
El Día de la Madre es un día con unas connotaciones muy especiales, emocionales y profundas, y las marcas son conscientes de ello. Un auténtico filón para explotarlo comercialmente, independientemente de si con ello se rebasen, o no, determinadas barreras éticas, o se fomenten para ello sentimientos tanto positivos como negativos.
No es algo exclusivo de España: la celebración del Día de la Madre, se remonta al antiguo Egipto, Grecia y Roma, y se celebra en cientos de países; y en todos ellos, de una manera u otra, se aprovecha comercialmente. No es de extrañar puesto que, mas allá de aquel conocido eslogan «Ya es el Día de la Madre en El Corte Inglés», en este día se multiplican las ventas de muchos comercios, como las floristerías, que el primer domingo de mayo hacen su «agosto».
Las tácticas y técnicas utilizadas para atraer al cliente en estas fechas, son variopintas:
- Eslóganes (a estas alturas ya se habrá notado que el «ya es el día de la madre en El Corte Inglés», me dejó muy tocado, aunque hay muchos mas)
- Vídeos: Los hay clásicos , innovadores, divertidos, hay todo un enorme repertorio donde elegir.
- Cartelería
- Campañas de Email Marketing
- Acciones de street marketing, sencillitas y complicadas.
- Packaging
- Y un largo etcétera
En definitiva, toda la batería de herramientas marketeras entran en juego antes y durante este día.
El mensaje es visceral, emotivo, profundo, girando en torno a dos ejes fundamentales:
- Ella se lo merece. Esto y mucho mas, nunca podrás pagarle lo que ha hecho por ti, pero tienes al menos que dar todo lo que puedas por intentarlo; su cariño lo vas a tener, de todas maneras.
- Si no lo haces, si no das todo por ella, por agradecerle en ese día tan especial todo lo que ella ha hecho por ti, tú no te la merecerás a ella.
Directos al alma de todos aquellos que somos hijos de alguien … es decir, de absolutamente todos nosotros. Positivo y negativo, apelando a las emociones mas profundas.
Que bajo estas tácticas existe cierta mercantilización de los sentimientos, es innegable: el condicionamiento causado con armas tan poderosas, es grande.
Como marketeros, aquí encontramos una línea que debemos decidir si traspasamos, o no; y la línea es clara, y quien la traspasa lo sabe: la que separa una campaña agresiva y potente, de otra intrusiva e inmoral, la que es, para mí, sin duda, la faceta mas fea y vergonzosa de nuestra profesión.
Esta decisión, para mí está clara: nuestra misión como marketeros es ayudar a nuestra marca, darle imagen, ayudarla a vender, para ello analizamos, creamos, implementamos, medimos … . Y sin embargo, si esa línea imaginaria se desdibuja, deberíamos recordar que el fin no siempre justifica los medios, y que, por encima de todo, antes de ser marketeros, tod@s fuimos hij@s de alguien.