El sábado pasado, mi amigo Antonio del Águila, CEO de Ibermena, me invitó a la presentación de su libro «Empresas 2.0 – Las reglas del juego han cambiado«
El evento fue en un hotel emblemático de Málaga, el Room Mate Larios, en pleno Centro Histórico de Málaga, y fue un encuentro muy agradable y bien organizado … lo que era de esperar organizándolo Antonio.
Antonio es una de esas personas que lleva a gala el emprendimiento, y su nuevo libro busca ser una guía para emprendedores que se decidan a avanzar por ese camino, tan vituperado en su momento (sí, señores, NO NOS OLVIDEMOS de lo que hace unos años se decía de los Emprendedores) y tan ensalzado en la actualidad como única vía para escapar del desastre de la economía española. Y llegados a este punto, se me ocurrió plantear este artículo, haciendo una pequeña reflexión sobre aquello que se ha venido a llamar el «Gen Emprendedor», que todos tenemos y no tenemos, que hace a las personas brillar o no, que … tantas cosas se han dicho de él.
No es la primera vez que hablo sobre Emprender y Emprendedores (echadle un vistazo si queréis a mis otros artículos sobre el tema), ni tampoco pretendo dar con la clave luminosa que desentrañe el «Misterio del Emprendimiento», ni me gustan los tópicos, ni se me da bien hablar de ellos, ni, todo sea dicho, tengo ganas de hacerlo.
Personalmente, NO CREO que un emprendedor sea una persona diferente a las demás, «genéticamente» hablando, estoy absolutamente convencido de que el emprendimiento es algo que todos y cada uno de los seres humanos llevamos dentro (según en qué foro estuviera escribiendo esto, recibiría pedradas virtuales, y hasta físicas, o no), una característica que podemos potenciar, o no: emprededor es aquel que decide optar por hacer algo distinto, sea cual sea el ámbito de la vida en el que lo haga.
He leído bastante sobre el concepto de «zona de confort», creo que casi todos lo hemos hecho en alguna ocasión, hay mucha y buena literatura al respecto; sin embargo, creo que en este pequeño vídeo de menos de 7 minutos queda todo mas que aclarado y resumido.
http://www.youtube.com/watch?v=aP7xIaDfii4
Está claro que salir de esa «zona de confort» no es algo fácil, hay que vencer una resistencia importante; en el mundo de la física, se me ocurre compararlo con la fuerza centrípeta, que nos retiene, en contraposición con la centrífuga que nos impulsa a ir mas allá de nuestra órbita «habitual»
Claro está que cuando en la actualidad hablamos de «emprendedores» (y en este artículo también lo hago), nos referimos a aquellos que han optado por el autoempleo como medio de vida; sin embargo, aquí frecuentemente se hace una distinción, la que diferencia entre aquellos que toman la decisión de emprender a raíz de un problema laboral que culmina en una pérdida del puesto de trabajo, y los que voluntariamente rompen con su condicionamiento personal y social saliendo de su zona de confort para intentar alcanzar determinadas aspiraciones sociales, laborales, económicas, o de cualquier otra índole: estoy hablando de los que son «Emprendedores por Necesidad», y los que no lo son.
Personalmente, creo que ese distingo es falso, y absurdo; está claro que en una situación de desempleo galopante, las personas tienen que buscarse la vida, y ese empujón puede ser la causa de que muchos y muchas se lancen a desarrollar sus proyectos y empresas, pero esa razón no tiene para nada mas peso ni importancia que pueda tenerlo por ejemplo el hecho de que una persona sea mas creativa, o con talento literario, o amante de la Naturaleza, o … mil y una razones mas. No lo digo por nada en particular sino simple y llanamente porque encuentro absurdo hacer un distingo entre emprendedores de Primera y de Segunda categoría (que en el fondo es lo que es), cuando entre estos últimos hay tan ingente cantidad de TALENTO y CAPACIDAD empresarial para llevar a cabo proyectos de éxito.
Y, para muestra, un botón, aquí os dejo un ejemplo de lo que digo, que no es mejor ni peor que otros, simplemente es uno mas, que mezcla talento empresarial (para detectar el nicho de mercado y poner en marcha el proyecto), originalidad, espíritu rompedor con los convencionalismos y SENCILLEZ (algo que no solemos relacionar con la idea de emprender, tan aferrados estamos a los tópicos): el FUTGOLF.
Si que es cierto que me he ido a un ejemplo algo lejano, al menos geográficamente (no demasiado, no vayamos a exagerar), pero no tanto mental ni económicamente, porque en España también hay crisis, gusta el golf y encanta el futbol: ¿a alguno os dice algo esta idea?, ¿os animáis a hacer algo parecido, o inspirado en esto?
Si lo hacéis, decídmelo, como mínimo sabré que este artículo ha ayudado a alguien! 🙂